20130430

Por un momento fuí infinita.
Por un momento sólo eramos tú, yo y las luces artificiales.
Por un precioso y fantástico momento, me olvidé del mundo y me dediqué a plasmar tu figura, tu sonrisa y tus suaves movimientos en un fondo blanco grisáceo, en un cuarto que, quizá no fué el indicado, pero era donde estábamos, era donde la fortuna, el destino, llámalo como sea, nos había enviado.

Qué más querría que seguir haciendo lo mismo por lo que me quedan de años, puede sean muchos, puede sean pocos, no me importa. Me conformo con el hecho de ver obras preciosas de la evolución mirandome indirectamente, muy fijo a los ojos.

Qué más daría por encontrar personas dispuestas a todo, como yo. A perder todo, a ganar mucho más.

Qué más daría por vivir tras la cámara.